Los anuncios se convierten rápidamente en transmisores de una visión deformada de la vida de la familia, o simplemente de la apariencia física que las personas deben tener. Este problema se hace especialmente agudo cuando están comprometidos grupos o clases de personas particularmente vulnerables: niños y jóvenes, los más ancianos, los pobres, los en desventaja culturalmente.
Este tipo de público objetivo al que se puede dirigir la publicidad reune una serie de cualidades óptimas para que los mensajes persuasivos influyan y convenzan a estos consumidores primerizos:
-Crédulo
- Inocente
- Inexperto
Pero además también posee otra serie de características que le convierten en el blanco de mensajes engañosos o ilícitos:
- Incapaz de defenderse
- Vulnerable
- Fácilmente sugestionable
- Imaginativos
A pesar de estar protegidos por la ley, por Autocontrol, Facua y otras asociaciones podemos ver publicidad que atenta contra sus derechos, su credulidad o que es claramente sexista.
Este es un ejemplo de publicidad engañosa, que consigue generar una gran decepción en su consumidor
En este caso la imagen representada en el packaging presenta unas dimensiones que en la realidad no coinciden. Esto no solo genera decepción en el consumidor, además de ser engañoso, sino que crea mala imagen de marca del producto de Banzai.
Pero, esto solo es un ejemplo de lo que podemos encontrar dentro del mágico mundo de los juguetes en el que debido a esta característica fantástica de sus productos roza o incluso cruza la linea de lo engañoso.